miércoles, 19 de enero de 2011

Cambiar de piel

Soñé. Con un bisturí cortaba la piel de mis manos, a la altura de las muñecas hacía una sola incisión en linea recta hasta completarla, dejando la piel de los brazos y de las manos separada una de la otra. Los cortes debía hacerlos con mucho cuidado, cualquier paso en falso y podía rebanar alguna vena. Todo el proceso era completamente indoloro, sin embargo existía la preocupación de morir si no era lo suficientemente cuidadoso. Luego de hechos los cortes, con la mano contraria jalaba la piel desde el corte y la retiraba de mi mano, como si fuera tan solo un guante. Debajo de la piel vieja había otra capa de piel, identica, pero completamente nueva.

Hablando de mi sueño con un amigo le dije: era como un intento de cambiar de piel, pero sin morir en el intento. Sobre esto me dijeron: "es como una propuesta de analisis."

Pienso. De pronto y había estado pensando demasiado en que necesitaba pasar a otra cosa, sin darme cuenta que ya estaba en otra cosa, porque "otra cosa" no implicaba "otra persona", si no más bien el abrirme a nuevas posibilidades, correr riesgos, saltar en bungee sin cuerda... Dejar de ver las cosas como imposibles y más como posibilidades en potencia, y hasta ahora soy capaz de ver eso.

sábado, 8 de enero de 2011

Espero ¿qué?

And when we meet, which I'm sure we will
all that was there, will be there still
I'll let it pass,and hold my tongue
and you will think, that I've moved on


Antes esperaba verte en el chat de facebook porque sabía que unos minutos después te ibas a conectar al messenger y me ibas a hablar, siempre lo hacés, eso me ponía muy feliz, demasiado feliz.

Ahora estoy en el facebook y te veo conectado, se que te vas a conectar al msn y me vas a hablar y eso me pone feliz, pero no como antes, no tengo esperanzas de nada, no con vos, creo que con nadie por ahora, sin esperanza solo hablamos, cosas chivas igual que siempre, pero no hay nada más, a pesar de que yo quisiera que lo hubiese.

Antes esperaba que me llegara un mensaje tuyo, y cuando ocurría, eso me hacía el día completamente, me llenaba de una gran felicidad. 

Ahora no me llegan mensajes tuyos, y si llegan son demasiado esporádicos y no significan lo de antes, o en otras palabras, no les doy el significado que les daba antes, y no porque no los aprecio, lo hago, pero ya no les pongo esa pizca de esperanza que convertía el mensaje más insipido en algo que me maravillaba al leer.

Antes esperaba poder verte durante el día, ya fuera por pura casualidad o no, ahora lo espero también, pero ya no significa lo mismo, e incluso me angustia un poco y me asusta no saber como reaccionar, no saber que decir o como actuar, no saber si puedo o no mencionar lo guapo que te ves con esa camisa de marinero, o cómo me encanta que usés converse sin medias, a pesar que en los otros maes eso me parezca horrible, no sé.

Y es que las cosas ya no significan lo mismo, no porque yo quiera que signifiquen otra cosa, pero es que ahora son otra cosa, ahora están plagadas de soledad, esa palabra que tanto usaste un día, entonces aquellas frases que en algún momento para mi pudieron haber sido signos que marcaban el fin de la soledad, ahora son un recordatorio de esta.

No pretendo decir que vos sos el único que me puede quitar esa soledad, hay y espero que siempre hayan personas que quiera ocupar ese lugar, pero yo no quisiera que fuera alguno de ellos, si yo pudiera escoger te escogería a vos y creo que lo sabés, aún cuando yo sé que no será así y lo tengo claro, trabajo en eso, en aceptarlo, y creo que, en parte, es por eso que escribo estas cosas.

Ultimamente me siento acá en frente de la compu a esperar, algo, no sé que es, antes al menos sabía que era a vos a quien esperaba, esperaba verte en ese chat o ver que te conectabas al messenger, eso me llenaba, pero ahora me siento acá a esperar y veo que te conectás y no es eso lo que esperaba, se conecta alguien más, quizás era a él a quien esperaba, quizás no, no lo creo,  al menos no aún. 

No sé que espero, quiero dejar de esperar a la nada, necesito dejar de esperar, necesito dejar de vivir de falsas esperanzas, no solo las cenizas de las que quedan con vos, si no de las falsas esperazas que tengo con la vida, con la gente, conmigo mismo, necesito empezar a actuar más en concreto, hacer, poner de mi parte para que las cosas pasen, ¡actuar! y creo que vos fuiste un primer paso de eso,  de llegar y decir las cosas tal como son y como las quiero, y quizás por eso, entre otras cosas, es que te volviste tan importante para mi.

No sé si leés lo que pongo acá, no tengo idea, pero de pronto algo viene a mi cabeza y debo escribirlo, necesito y quiero hacerlo, esperando que lo leás y a la vez que no lo hagás, y es que yo acepté el acuerdo al que llegamos aquella vez no porque es lo que yo quería, ni porque no quería luchar por algo que si bien me decís no me podés dar, yo me podría conformar con poco, mientras viniera de vos, si no que yo acepté ese acuerdo porque sentía que de no hacerlo, solo me iba a convertir en una preocupación más, en una angustia más, algo que no habría sido justo hacerte cargar, algo que no podía y no puedo hacerte cargar.

martes, 14 de diciembre de 2010

Vino con sabor a...

No sé sobre vino, pero ultimamente he conocido tres variantes de esta bebida con sabores realmente diferentes.

El vino con sabor a película de Ingmar Bergman: este me hacer querer sentarme a conversar con mi madre sobre su vida, conocer como era su mundo antes de mi existencia, poder comprender sus acciones y decisiones que la llevaron, nos llevaron, a donde nos encontramos ahora. Es un vino muy amargo, que sabe a drama familiar, a secretos, a todo eso que es prohibido decir pero que en el fondo todos aquellos con quienes compartimos apellido saben.

El vino con sabor a jugo de uvas: este es el vino que sabe a inocencia fingida, a mal disfraz y a estupidez, porque nadie que ya sea adulto puede creer que el vino sabe a jugo. Este vino me da nauseas, solo pensar en él me revuelve el estómago y en grandes cantidades llega a ser verdaderamente tóxico. Pienso no volver a tomarlo y me mantendré alejado de cualquier botella cuya etiqueta esté demarcada por una niñez que debió haber terminado hace varios años.

Y por último, el vino con sabor a saliva de otra persona. Este es curioso, ya que su sabor y textura depende de quién lo haya probado con anterioridad. Si la saliva es de algún amigo, no hay ningún problema, se puede tomar con gusto, e incluso se puede hasta disfrutar más, todo depende de la clase de amigo con el cual se haya compartido la botella, pero también existe la posibilidad de que lo haya probado alguien que lo convierte en "jugo de uvas", cuando esto pasa me abstengo de probarlo, por los motivos anteriormente mencionados.

El día de hoy creo que tomaré un poco del primero, por dos motivos, hoy es el cumpleaños de mi madre y hace rato no me siento a conversar con ella sobre su vida, y por otro lado se acercan las celebraciones en familia, nunca está de más un poco de bebida amarga en estas fechas.

Besos falsos

De pronto y un recuerdo, o más bien un no-recuerdo, aterriza en mi cabeza de vez en vez, y es que no hay en mi memoria un beso entre mis padres. No puedo traer a colación alguna vez en que los haya visto besarse. 

He visto a mi madre besar a otros hombres, parejas volátiles que van y vienen, ninguna que haya permanecido tanto tiempo como si lo hizo mi padre ni que haya dejado huella tan profunda como la suya. Esos besos que he visto que ella da siempre me han parecido falsos, como que algo les falta ¿qué les falta? no lo sé. A mi padre también lo he visto besar a su pareja, su esposa, nada... falsos también... besos que no se complementan, que no son sentidos, que no salen del corazón. ¿Será que en el fondo si tengo algún recuerdo de un beso de mis padres, el cual si fue dado con amor y por eso puedo ver en sus besos posteriores que algo falta? no puedo saberlo.

Creo que sé sobre mis besos; mis besos, pues no son nada fuera de lo común, ni son tan cotizados como yo quisiera, pero tampoco soy egoista con ellos, cuando alguien está dispuesto a recibirlos se los puedo dar, con sus excepciones, claro está. Algunos han sido entregados con mucho cariño, otros solamente por curiosidad, pero siempre que doy un beso procuro sentirlo, hacerlo verdadero.

Hay otros besos, espero que nunca uno que yo de sea así, que son dedicados, no a la persona que está siendo besada, si no a alguien más, un tercero que es observador, es una especie de mensaje silencioso que puede perforar el corazón, desgarrar por dentro. Sean conscientes o no, estos besos son devastadores, lo sé, los he presenciado, he sido ese observador que debe sufrir en silencio porque no está en posición de hacer reclamos, a pesar de saber que se le está incluyendo en ese juego que solo debería ser de dos.

¿Que tienen en común estos tres tipos de besos: los de mis padres, los mios y los dedicados? no lo sé aún, puede que no tengan relación alguna, no sé tampoco por qué escribo esto, a veces las cosas nada más necesitan ser escritas, sacarlas de uno, ponerlas en otra parte.



domingo, 12 de diciembre de 2010

domingo, 5 de diciembre de 2010

Gracias

La verdad nunca me es fácil escribir algo cuando sé que es para alguien y que se lo voy a mostrar a esa persona, no me es fácil porque pienso que siempre he juzgado muy duramente las cosas que hago y vos has notado que me preocupa(ba) mucho cagar las varas con algunas frase tonta, algo que pudiera herir susceptibilidades o una sinceridad, que antes no era tan mia pero de la cual por algún motivo que aún desconozco me he ido apropiando de ella, sin embargo, quiero (necesito) escribir esto para poder ordenarme yo también y porque te quiero agradecer por todas aquellas cosas que en cuatro meses aprendí de vos, por algunas que van a ser mias para siempre, otras que quizás olvidaré con el tiempo, pero que de todas formas van a estar ahí en algun lugar de mi cabeza con el sello de la chivisidad que le ponés a todo lo que hacés. Voy a tratar de hacerlo en el orden que recuerdo las cosas para tratar de no olvidar  ninguna de ellas, aunque sé que si la olvido es porque simplemente ese recuerdo no quiere  pasar al exterior y se quiere quedar alojado en mi porque quizás es más especial que los otros, o talvés no lo es tanto.

Pasaron cosas antes de conocernos, me acuerdo del foro y de haberte visto unas cuantas veces en la 24, de eso no te agradezco nada porque fue pura casualidad y eso es solamente mio. Por haber aceptado la invitación al facebook, por eso si te debo agradecer, fue el inicio de un torbellino muy chiva, y es por eso que te doy el primer gracias.

Luego recuerdo un mensaje que decía más o menos así: "hola, soy un niño al que le gustan las manzanas verdes y los Centros Culturales Mexicanos", para ese entonces no tenía expectativas de nada y sin embargo me hizo sentir emocionado, me puse ropa que creí me hacía ver bien y nos encontramos en la entrada de ese lugar, entonces mi segundo gracias es porque fuiste a lo de Antígona conmigo.

Mac fue lo siguiente, ese mismo día, vos me dijiste que fueramos a comer algo, yo aún no tenía claro si me parecías nada más alguien chiva o si me sentía atraido a vos de alguna otra manera, al final resultó que eran ambas cosas, y el hecho de que me dijeras que fueramos a comer solo hizo mi día mucho mejor, gracias por esa ida a Mac y la teoría de que la gente es mala, tonta o loca, espero estar en la última de las tres categorías, creo que el solo peso de mi familia me encasilla en ese lugar.

El Candil, dos veces fuimos ahí, y las dos veces terminaron con un mensaje que decía más o menos así: "te das cuenta, estuvimos casi seis horas hablando y como siempre, la pasé genial", la primera vez lo envié yo, para la segunda salida fuiste vos. Gracias por el Candil.

Esa segunda ida al Candil, terminó con una conversación  sobre cine en la 24, un día que claramente no ibas a ir a clases, pero por suerte te la cancelaron y solo tuviste que ir a una supervisión, gracias por eso y gracias por el abrazo que me diste cuando nos despedimos en el parqueo de ingienería, ese y el de ayer han sido los mejores abrazos que me han dado.

El 13, un "vos me gustás" seguido por "vos también me gustás, like,.. mucho", un silencio incomodo mientras miles de ideas pasaban por la cabeza de cada uno de nosotros, la música de Luis Miguel, un "solo te voy a decir una cosa" que se tradujo en un beso. Debo decir que es el primer beso que más he esperado, gracias por todas esas cosas y por un mensaje que me llegó mientras iba en el taxi que decía: "i'm a dork", porque seamos sinceros, lo somos :) y lo fuimos particularmente ese día.

Gracias por haberme dicho que no a una invitación que te hice para tomar café y al no de "hagamos algo en Halloween", porque me dijiste que no, logré descubrir cosas sobre mí que desconocía, y además al final hicimos ambas cosas. Por otro lado, ese día conocí a dos personas muy especiales, tus amigos, a los cuales he tomado prestados y no pienso devolver, gracias por ellos también.

Gracias por el segundo beso, más de un mes después del primero, gracias por esa noche de despiche en Oh, la pasé realmente bien.

Gracias por las conversaciones del msn, esas espero no acaben, aprendo mucho, de vos, de la vida,  de mi mismo, de múscia, de Wihtmann, de The Smiths, entre muchas otras cosas, las cuales atesoro.

Gracias por abrirte ayer conmigo, por haber sido completamente sincero, por haberme mostrado nuevamente esa cara sensible, por haber hablado de lo que sentís y del momento por el cual estás pasando, te lo repito, yo estoy acá para vos, siento que cuando hablamos algo pasa, algo con la transparencia con que nos podemos comunicar, no quiero y me niego a perder eso.

Me quedo con deseo de más, tenía muy seguro lo que quería, ayer te lo dije, creo que ahora me toca a mi  también emprender la busqueda, nuevamente, de lo que quiero para mí, no va a ser facil, igual que no lo ha sido escribir esto, he llorado, pero recordando que todo con vos ha sido chiva, hasta el último y más insignificante detalle, no tengo nada amargo que manche la chivisidad con la que impregnás el mundo y espero que nunca nunca nunca dejés que los problemas te hagan perder eso, porque valés mucho, y a pesar de ser una "tough cookie", sos alguien a quien no cuesta llegar a querer.

Gracias, de verdad gracias por todo lo que he mencionado antes y por aquellas cosas que puedo haber olvidado, no me queda más que repetir lo que dije ayer, te quiero cabrón, y podés estar tranquilo por mi, que se cargar muy bien mi bolsita de dolores yo solo, y esto lo voy a sobrevivir. Tengo la esperanza en que esto va a ser el inicio de una muy buena y larga amistad.

Vos has sido lo mejor de mi año, y espero que de las mejores cosas de mi vida, gracias F.

jueves, 28 de octubre de 2010

Deseos y angustias


Me despierto. Todo bien. De pronto, su recuerdo: angustia.

No estoy en mi cuarto. Dormí donde mis abuelos, alguien debía cuidarlos durante la noche, tocan la puerta, es hora de levantarse, el desayuno está casi listo. Algo soñé, no tengo muy claro que. Dentro de las cobijas aún comienzo a tratar de recordar lo soñado… unos anteojos, un mall. Los anteojos nuevos no me funcionan bien… unos lentes de contacto, no se ajustan a lo que necesito. No veo bien, algo no estoy viendo, hasta una hora después comprendo lo que sucede.

Desayuno un pan insípido acompañado por un aguadulce que me sirve para tragarme el pastoso sándwich. Debo apurarme, quiero, necesito, llegar a mi casa.

Prendo la computadora, quiero oír mi música. La angustia continúa apretándome el pecho, es como un abrazo que pretende una asfixia lenta.

¿Qué produce esta angustia? ¿De donde viene? No lo sé… aún.

Me baño. Estoy secándome y pienso: hoy voy para la playa. No he alistado la maleta.

Una llamada perdida: alivio… es del trabajo, quizás no pueda ir a la playa.

Lo comprendo: no deseo ir a la playa…

La angustia: desaparece…

Todo está claro ahora, puedo ver lo que no podía en el sueño, la angustia de ayer y la de hoy, son la misma, mas no se debe a su recuerdo, ni a lo que siento por él. Lo convertí en mi única forma de no ir a la playa. Sus negativas a hacer planes conmigo me dejan azorado no porque sean negativas, si no porque me dejan sin plan de escape.

No voy a la playa, queda decidido, daré una escusa… algo que me haga quedar bien ante los ojos de mi padre: diré que debo trabajar, lo hará pensar que soy responsable, más responsable que los demás, de todas formas siempre ha creído eso de mí.

Él, lo tengo muy presente, demasiado quizás. Me vestiré bien hoy. Se ha ido la angustia y deseo verme guapo. Probablemente lo vea hoy, en el pasillo, probablemente no. Al final no lo vi ahí.

Salgo más temprano, me iré por otro camino, debo sacar libros de la biblioteca.

El sol, hermoso en el cielo, mi ropa, no tan fresca, pero me veo y me siento bien, aunque no lo vea me sentiré bien todo el día, aún teniendo ese curso tan feo y sabiendo que me entregarán un mal examen, lo quiero (a él), no sé si me quiere de vuelta, no tengo forma de saberlo, lo único claro es que nos gustamos y que hace un mes casi, nos besamos.

¿Le escribo? No, dejaré que note mi ausencia, más de tres meses de hablar todos los días debe dejar huella, mínimo costumbre… sin falta no hay deseo, si estoy siempre presente no puede extrañarme, quiero que me extrañe, quiero que piense que no estoy entregado por completo a él, aunque por dentro yo creo que así es.

Lo vi, no tan de lejos, iba en otra dirección. Su pelo despeinado y su diminuto maletín, ambas cosas que lo hacen tan único, cosas que me hacen pensar en él como alguien especial. No lo sigo, no lo busco, no lo saludo, dejo que la emoción y mi estomago repleto de mariposas lo vean alejarse.

¿Por qué no lo saludó? Me dicen

Sonrío, “quiero que me extrañe”

¿Será lo correcto? Pienso…

No sé la respuesta, pero algo tengo claro, dos veces le he dicho: me gustas, y me gustas mucho…

Algo tengo claro: sin riesgo, no hay vida.